LO AMBIENTAL UN DESAFIO DEL HOMBRE AL MISMO HOMBRE


(Ensayo sobre la situación ambiental a partir de la Verdad Incomoda de Al Gore)


Los cambios surgidos en el mundo en los últimos años y enunciados en el documental de Al Gore, reflejan la inminente necesidad de los pueblos del mundo en la formulación de una política ambiental que permita de alguna manera luchar contra el calentamiento global y desde luego con el deterioro de la capa de ozono, producto de los gases de invernadero.

Estos efectos sobre el calentamiento global no son otra cosa que la irresponsabilidad del hombre en el manejo de los recursos naturales, así como el afán de producir mas y a menor costos sin tener en cuenta los fenómenos de externalidades que sobre el medio ambiente causa la industrialización excesiva e irresponsable en el manejo tecnológico que solo se afana de la capitalización y el interés.

Colombia como nación soberana a través de su Constitución Política ha determinado una obligación por parte del Estado de “proteger las riquezas naturales de la nación”, así mismo tenemos el sano compromiso como colectivo social de proteger la diversidad y la integridad del medio ambiente, aprovechar los recursos naturales y garantizar el desarrollo sostenible, para proteger la naturaleza que a la larga es quien avala la continuidad de la vida.

Bajo este precepto nuestro Estado no es ajeno a la preocupación del mundo moderno de asumir las necesidades del presente como tal sin lesionar las futuras generaciones al cohibirle solucionar insuficiencias vitales en el día de mañana.

Esto me recuerda mi primera clase de economía cuando hábilmente el docente nos invitaba a pensar realmente que era lo importante o lo fundamental, el crecimiento económico o el desarrollo económico, hoy después de haber terminado mi carrera y de vivenciar diversas situaciones a lo largo de los años y que presumo han de haber madurado mi concepto sigo pensando que no es fácil tomar la decisión, sin embargo y pese a ello el desarrollo económico no garantiza por si mismo un desarrollo sostenible no solo con nuestro medio ambiente sino con las futuras generaciones a quienes les heredaremos la casa que hoy nos han prestado nuestros antepasados.

El verdadero culpable de la situación no es únicamente el hombre, sino las formas culturales evolucionadas por el (ambigüedad difícil de concebir, pero el hombre por si mismo no es nocivo), diseñando una esfera económica que exige un intercambio para la ganancia como su objetivo fundamental, potencia superior de la economía capitalista
“ la fuerza motriz de toda actividad capitalista es la ganancia, y la plusvalía su base oculta. A fin de extraer la mayor cantidad posible de plusvalía, los capitalistas deben aumentar la duración y / o intensidad de la jornada laboral y sobre todo, incrementar la productividad del trabajo. Además para competir eficazmente con otros capitalistas deben lograr simultáneamente costos inferiores por unidad de producto. El aumento de capital fijo es la solución de ambos problemas. En otras palabras el aumento de capital fijo en relación con el trabajo (mecanización de la producción) es el principal medio para elevar la productividad del trabajo…” lo aquí enunciado muestra claramente que los modos de producción capitalista han contribuido en gran forma a procesos que acentúan la mecanización para reducir costos en detrimento en su gran mayoría de los factores ambientales, y como lo manifiesta Al Gore y haciendo analogía con el beneplácito de las clases políticas, científicas, culturales… de los distintos países a quienes compran a través de la financiación de campañas, de investigaciones, de donaciones… formas de hacer loby para lograr sus cometidos.

En mi criterio a los países poco parece importarle el verdadero problema ambiental, el Producto Interno Bruto no mide el peso de las riquezas naturales en la economía, los indicadores de bienestar social han tratado de medir Calidad de Vida, desempleo, distribución del ingreso, esperanza de vida, renta percápita, distribución de la renta… pero poco se ha hecho por medir la disponibilidad de los recursos naturales o el capital natural, a pesar de los esfuerzos que los gobiernos hacen sobre el tema ambiental los porcentajes destinados desde los presupuestos de los mismos, son cada ves menos o suben en una dimensión que ni siquiera alcanza para cobijar los niveles inflacionarios, es decir que en términos reales decrecemos.

Claro que bajo el concepto de recursos naturales no debemos medir solamente los biocombustibles y recursos minerales que tanto le importan a las economías al punto de llegar a afirmar que son renovables, o que son infinitos, o que su extracción no hace daño a la naturaleza, sino que hemos olvidado otro tipo de recursos naturales vitales para la existencia humana como las tierras húmedas, las cultivables, los corales, paramos, arrecifes… que cada ves son menos y que en ninguna economía se a logrado medir su deterioro o a través de precios sociales, económicos, precios sombra o como se llame, ya que el medio ambiente no es tan importante hoy en día como la mera ganancia o acumulación, entre otras porque el precio de los recursos naturales, crece en menor orden que los precios de otros bienes construidos por el hombre, bajo la premisa de la escasez.

Es indudable que existe un bajo interés en mejorar las reservas naturales para que nuestros descendientes tengan condiciones más favorables, parece sustentarse dentro del mundo capitalista que es mejor dotar a la economía de bienes de capital, toda ves que es mejor dejar una maquinaria pesada que una reserva de agua, sin importar cuan escasa pueda ser esta fuente de vida en unos años, de allí la importancia de hacer un llamado no solo a la dirigencia sino al mundo, a los mas de seis mil millones de habitantes de la tierra para conservar y para contribuir en la formulación de una política ambiental sostenible que haga caer en cuenta de las necesidades ambientales que tenemos y en la amenaza inminente de la extinción de la raza humana.

De tal forma que creer que los beneficios financieros y económicos se filtran y llegan a todos los sectores es un gran mentira, ni llegan a los pobres ni favorecen los colectivos sociales, estos favorecen a un pequeño grupo que dirige como una mano invisible la sociedad en general y que al final solo buscan como siempre ocurre saciar sus escasas necesidades que se tipifican en mayores niveles de riqueza.

Creo que ningún gobierno del mundo desconoce sus condiciones ambientales, Colombia no solo en su Constitución Política, sino en todos los Planes de Desarrollo lo acepta y lo involucra, el Presidente Uribe lo ha dejado claro cuando apunta estos datos;

“Así, por ejemplo, si bien cerca de 55 millones de hectáreas del territorio de Colombia (48,71% del territorio nacional) están cubiertas por bosques naturales, esta cobertura se ha reducido en los últimos años (1994-2001) a una tasa anual del 0,18% (promedio nacional), correspondiente a unas 101.303 ha, por causas asociadas a los procesos de ocupación del territorio, la expansión de la frontera agrícola, el uso de leña, explotación maderera y la ocurrencia de incendios forestales”.

Nuestro gobierno sabe y tiene la dimensión exacta de lo que ha venido ocurriendo, conoce mejor que nadie la devastación del medio ambiente y sus implicaciones, tiene fotos satelitales mes a mes de todo lo que ocurre en el territorio nacional, sabe las vocaciones de los suelos y su mala utilización en el país, conoce por participar de la Asamblea de Naciones Unidas la importancia del tratado de Kioto en el año de 1.998, conoce que nuestras reservas de agua cada ves son menos y así lo manifiestan las autoridades ambientales cada año que se celebra el día del agua, ¿entonces porque cada ves menos recursos y/o esfuerzos económicos para remediar este problema?, pues lastimosamente lo mismo que en todos los países nuestras economía todavía no han dimensionado los problemas, más sencillo todavía, “sigue siendo mas importante en una relación beneficio costo la utilidad o la ganancia capitalista a la sostenibilidad y recuperación del medio ambiente.

Mas adelante el Plan de Desarrollo enuncia otra gran verdad:

“Sin embargo estos ecosistemas están fuertemente degradados, por causas asociadas a los cultivos de papa, a la actividad minera, a la ocupación del espacio físico, a la introducción y trasplante de especies invasoras, así como la construcción de obras civiles para la contención, conducción o evacuación de aguas, la contaminación, la remoción de sedimentos y la expansión de la frontera agrícola y ganadera”.

Una muestra más del profundo conocimiento del Estado sobre la situación ambiental que se da, la pregunta es ¿y que estamos haciendo? Todavía estamos lejos de tener una visión holística de la situación, no solo para comprender sino para contribuir en la continuidad de la vida.

De modo tal que la única forma en que nosotros podríamos ayudar a la sostenibilidad del planeta y de alguna manera a tejer un mundo mejor es primero que todo mejorando, filtrando o depurando nuestra dirigencia, ya que de alguna manera son ellos los que han permitido esta situación, pero también generando espíritu de compromiso en cada uno de nosotros puesto que lo que en esta época se llama tierra podría cambiar no solo de aspecto sino hasta de nombre en unos años que cada ves son menos.

Nunca he sido catastrofista, ni social, ni económicamente hablando, ni menos ambiental, toda ves que no es mi tema, pero con la profunda preocupación como ciudadano del mundo, por el cambio climático que ha subido la temperatura de los mares y estos han generado vendavales, maremotos, descongelamiento en los casquetes polares, huracanes y katrinas que han devastado fuertemente la economía de países desarrollados y no desarrollados, golpeando las estructuras político – sociales del mundo.

Hoy pienso que lo mas preciado que tenemos son nuestras bolsas de oxigeno y las cubetas de agua, (España importa agua, al igual que muchos países del Medio Oriente), así como la biodiversidad representada en Flora y Fauna, con nada comparada en el mundo, con el profundo orgullo de ser de un departamento amazónico al sur de Colombia en donde todavía parece que los problemas ambientales no existen, pero que seguramente no faltara mucho para que ya no seamos la puerta de oro de la Amazonía, sino somos capaces de recuperar o por lo menos empezar a trabajar en la recuperación de nuestras fuentes hídricas, hechas completos vertederos de desechos, en la deforestación a las orillas de los nacimientos de agua, o en repoblar a través de siembra de árboles enormes desiertos de pasto en tierras que son de otra vocación, pero que la ganadería extensiva o simi extensiva han venido empobreciendo.

El hombre debe ser razón, principio y fin no solo de la economía sino de todas las políticas públicas a las que se quiera llegar, y equivocado estaría aquella persona que crea que el mundo esta bien, cuando las enfermedades seguramente no son económicas sino naturales y ambientales, de allí que el trabajo debe ser arduo en controlar todo lo que lesione la tierra, y debería empezar por el mismo control demográfico, por el aprovechamiento del recurso natural, por la formulación de una economía ambiental que supere las relaciones financieras con el hombre y donde la ganancia y la plusvalía se den a favor de la raza humana y no de la inversión de capital, que se cambien el mapa geográfico y halla una distribución de la tierra en favor de quienes la cultiven y no de los que amasen.

La discusión esta abierta, muchas gracias…


EMIGDIO JACOB BENITEZ ROJAS
Economista - Concejal de Florencia (Caquetá)
Polo Democratico Alternativo